sábado, 20 de octubre de 2018

Valores


Estaba pensando en lo último que me ha gustado, digo, lo último que me ha gustado de verdad. Fácilmente pudiera ser algo material, corruptible y vago pero creo que no ha sido asi. He tratado de poner especial atención a los valores y ejemplos de muchas personas, tratando de encontrar un equilibrio entre ellos, a veces justificando y siendo parcial (aunque no debiera, pero me ha dado lastima). Lo interesante de todo esto es infinito, no hay una regla y fácilmente te puedes deprimir o exaltar. Creo que de ahí van los picos emocionales que he tenido en las últimas semanas, le llamo “cosas de ni…”, entonces; lo último que me ha gustado es observar y apreciar algunos valores, más allá de lo moral, o de alguna raíz taoísta o cristiana que pudieran representar. Lo veo como la oportunidad de marcar en algo, aunque parezca muy vanidoso, es algo que te enriquece personalmente y al final, “algo que te gusta”.

Hoy me desperté a las 3:22 am para llevar un familiar de mi ex al aeropuerto, queda a casi media hora yendo a 80km/h, es un trayecto bastante nostálgico tratándose del asunto, muchos se están yendo del país para probar suerte… En esta oportunidad no cagaré este post hablando de política ni señalando culpables ni nada (aunque no me parezca justo).

Deje que bajaran la maletas y me fui a estacionar, apenas 10,00 bS, ni ¼ de dólar por 1 hora. Inmediatamente que me baje del carro veo al parkero maldiciendo y tratando de encontrar la marca del carro que se paró en un sitio reservado, el asunto me dio risa porque justamente tenía el modelo y la marca del carro, se trataba de un LADA, ya saben, esos carros parecidos a la cara de un soviético en plena guerra, cuadrada y seria… Y salvaje.

Entrando al aeropuerto nacional, noto que están los guardias contando como estuvo la rumba el día anterior, ni me miran y me voy hacia la agencia donde estaban mis amigos haciendo check in. Sin darme cuenta pasé por el medio de unas personas con caras de ansiedad, un poco asustados creo, quizás algunos no habían volado o simplemente les esperaba un viaje escrito por Stanley Kubrik y dirigido por Quentin Tarantino. Para mi es imposible no sentir empatía y desearles en mi mente bien viaje, tratar de disolver sus dudas y miedos con una mirada y una sonrisa mientras les asiento con la cabeza.

Quise ver un poco más, tratar de retratar mentalmente como es su entorno, sin acercarme, ver a lo lejos, parecía un paisaje faunal en el buen sentido emocional. Describir cada persona seria complejo pero puedo hablar de grupos e individuales.

Dentro de todo ese paisaje, que por algún momento me acorde de “El Jardín de las Delicias”, veía a la que estaba sola, el que estaba solo, la pareja con sus maletas caras, la señora desaliñada, los ancianos indiferentes, el grupo de chamos mochileros que lucían piernas que insinuaban experiencia, las azafatas con su faldas ceñidas y los pilotos mirando el teléfono con complicidad… Bueno dentro de todo eso, note una pareja, lucían de casa humildes pero que sobran los valores familiares, es en serio, fue a despedirlos hasta el perro, todos reunidos, se abrazaban y lloraban. Por un momento pensé que era un funeral, y sí, sí que lo que es. Al momento que se montan en el avión en el espacio físico de todos ellos será un funeral, es una metáfora intensa pero si lo ves desde el punto de vista que muere algo, pues si, si muere algo.

Aunque fui triste la escena, fue muy rica emocionalmente, algo que por mucho tiempo le he eludido, explicaría ahora por qué pero no es el caso, el asunto es que me sorprendió como estas personas de aspecto humilde despedían a un familiar y amigo, y vaya que se lo tomaban en serio, muy en serio.
Hice un contraste con las otras personas que están mejor materialmente, e intelectualmente y no funciona así, es como más apático e indiferente, torcí mi boca porque me dio una impresión casi que inmoral, y no es que sea moralista pero me parece una mierda que pudiendo ser mejores personas, más humanista, sensible, empático y preocupados por los demás o sus familias no lo son.

Para el que crece sin familia, todo lo que abarca esa palabra no lo entiende, no le da importancia, claro, ahí lo entendí.


Valores.

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